Si llegaron hasta aquí, luego de haber leido todos los relatos de Sudán, no les resultará sorpresa leer cómo me siento con respecto a este país y específicamente hacia su gente. Muchos de los que están al día con las noticias lo encontrarán confuso, al fin y al cabo prácticamente lo único que se lee sobre Sudán es malo por decir poco. Los medios, especialmente los de Estados Unidos, no hesitan en meterlos dentro de una gran bolsa de terroristas musulmanes asesinos, alimentando una campaña de odio para poder concretar eventualmente los intereses de unos pocos. Otros difunden exclusivamente sus conflictos, como la reciente condena fallida a una mujer cristiana por abandonar el Islam, o en el pasado la crisis de Darfur. No, Sudán no es perfecto, tiene su cuota de problemas y un largo camino hacia corregirlos, como ocurre en todo el mundo.
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