La salida del Himalaya hacia las tierras bajas del Terai marcó el comienzo de la inmersión en la vida rural Nepalesa. Ya lejos de las hordas de turistas que inundan el alto Himalaya, Pokhara, Kathmandu y el Terai oriental, este pequeño país queda prácticamente para uno solo, atravesando aldeas simples de gente amigable, sencilla y no obsesionada con el dinero que supuestamente tienen todos los extranjeros.
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